El condado de Butler se posiciona: Revierte la política de santuario para mejorar la seguridad pública

La junta de prisiones del condado de Butler, Pensilvania, votó recientemente por unanimidad revocar las políticas que habían impedido a los funcionarios de prisiones del condado cooperar con el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas ("ICE") para expulsar a los reclusos deportables. La nueva política exige que el director de la prisión proporcione al ICE una lista de reclusos cada semana, permita el acceso de los funcionarios del ICE a la prisión para entrevistar a los reclusos, notifique al ICE "con suficiente antelación" las liberaciones y traslados de delincuentes no ciudadanos y respete las órdenes de retención del ICE. La decisión refleja un debate más amplio y continuo entre las jurisdicciones sobre la aplicación de la ley de inmigración.

¿Qué son las ciudades o condados santuario?

Las ciudades o condados santuario son jurisdicciones locales con políticas o prácticas que limitan la cooperación con las autoridades federales de inmigración, en particular con el ICE. Estas políticas pueden adoptar diversas formas, como negarse a cumplir las órdenes de retención del ICE (solicitudes de las fuerzas de seguridad locales para que retengan a personas sospechosas de estar en el país ilegalmente) o prohibir a las fuerzas de seguridad locales que pregunten por la situación migratoria de una persona. Las políticas de santuario pretenden crear un entorno seguro para que los inmigrantes indocumentados denuncien delitos, accedan a los servicios públicos y participen en sus comunidades sin temor a ser deportados. Sin embargo, estas políticas son controvertidas y han suscitado debates sobre la seguridad pública, el federalismo y la aplicación de las leyes de inmigración.

El condado de Butler da marcha atrás en su postura sobre la inmigración  

La política anterior del condado impedía a los agentes cumplir una orden de retención del ICE, lo que hizo que el condado de Butler fuera identificado como condado santuario, pero el condado se esforzó recientemente por cambiar de rumbo. Este cambio fue iniciado por Stephenie Scialabba, un legislador estatal que representa a un distrito cerca de Pittsburgh, que fue alertado de la política por un elector. Scialabba dijo que la política anterior hacía que el condado pareciera "un lugar seguro para cometer delitos".

Los funcionarios del condado de Butler estuvieron de acuerdo con Scialabba, afirmando que acogen con satisfacción y fomentan la inmigración legal, pero señalando los problemas de tráfico de drogas que están viendo en el condado de Butler. El fiscal del distrito dijo que la delincuencia local ya no se limita a DUIs y robo al por menor, sino que también incluye las drogas, que están siendo introducidos por los no ciudadanos ilegales.

Políticas de santuario en todo el país

El Centro de Estudios de Inmigración (el "Centro") ha identificado unas 300 jurisdicciones en el país que tienen políticas, ordenanzas o leyes estatales que prohíben la plena cooperación con el ICE. En cambio, algunos estados, como Texas, Iowa y Florida, han promulgado leyes que prohíben las políticas locales de santuario. Y algunas jurisdicciones como el condado de Cook (Illinois), Filadelfia y la ciudad de Nueva York probablemente nunca permitirán la plena cooperación con el ICE si no se aplican incentivos y sanciones significativos mediante cambios en las leyes estatales o federales.  

Las políticas de santuario para inmigrantes reflejan un cambio de actitud hacia la inmigración en Estados Unidos, con un número creciente de grandes ciudades que tienden hacia estas políticas. La idea de las políticas santuario ha cobrado fuerza en los últimos años, sobre todo en respuesta a las agresivas políticas de inmigración de la administración Trump, que incluyen medidas enérgicas contra los inmigrantes indocumentados y amenazas de retener la financiación de las jurisdicciones santuario. Muchas ciudades con grandes poblaciones de inmigrantes han adoptado políticas santuario como una forma de proteger a sus residentes de la deportación y garantizar que los recursos policiales locales se centren en la seguridad pública en lugar de en la aplicación de la ley de inmigración. Los defensores de las políticas santuario argumentan que fomentan la confianza y la cooperación entre los inmigrantes y las fuerzas del orden, lo que puede dar lugar a comunidades más seguras e integradoras. Pero sus detractores sostienen que socavan el Estado de derecho, fomentan la inmigración ilegal y ponen en peligro la seguridad pública al devolver a los delincuentes a la comunidad.

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